Menos batas blancas y más narices rojas
En memoria de Robin Williams, mi héroe y actor favorito (R.I.P.) Ya no sé si sentir miedo o alivio cada vez que me aproximo a un consultorio médico. De por sí, ya es lo suficientemente doloroso tener a un familiar enfermo como para, además, tener que toparse del otro lado con un frívolo, indiferente y…